Orígenes del zodiaco

Orígenes, Babilonios
En general, se reconoce que los babilonios fueron los creadores de la práctica y la ciencia de la astrología. Sus cartas astrales les permitían predecir la recurrencia de las estaciones y ciertos eventos celestiales. Por lo tanto, en el principio y durante más de 2000 años, la astrología y la astronomía eran la misma ciencia.
La astrología babilónica fue introducida a los griegos a principios del siglo IV a. C. y, a través de los estudios de Platón, Aristóteles y otros, la astrología llegó a ser muy valorada como ciencia. Pronto fue adoptada por los romanos (los nombres romanos de los signos del zodíaco todavía se utilizan hoy en día) y los árabes y, más tarde, se extendió por todo el mundo.

Aunque la astrología primitiva se utilizaba para aportar orden a un caos aparente, pronto se empleó para predecir patrones meteorológicos, principalmente con fines agrícolas. Con el tiempo, se amplió para incluir pronósticos de desastres naturales, guerras y otros acontecimientos que afectaban a la condición humana. Una vez que se estableció el éxito en estos campos, fue una evolución natural que la astrología se utilizara como un medio para asesorar a reyes y emperadores y, con el tiempo, a la población en general.
Se cree que el zodíaco (que se deriva de la palabra griega que significa círculo de animales) se desarrolló en el antiguo Egipto y luego fue adoptado por los babilonios. Los primeros astrólogos sabían que el sol tardaba doce ciclos lunares (es decir, meses) en volver a su posición original. Luego identificaron doce constelaciones que observaron que estaban vinculadas a la progresión de las estaciones y les asignaron nombres de ciertos animales y personas (en Babilonia, por ejemplo, se descubrió que la temporada de lluvias ocurría cuando el sol estaba en una constelación particular que entonces se llamó Acuario, o portador de agua).
Alrededor del año 2000 a. C., los astrólogos babilónicos creían que el Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos en esa época (Júpiter, Marte, Mercurio, Saturno y Venus) poseían poderes distintos. Marte, por ejemplo, parecía rojo y se lo asociaba con la agresión y la guerra.

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